sábado, 30 de julio de 2011

Sobre el Medico y la Sociedad


En este fabuloso capítulo del libro “Enjuiciamiento de la Medicina Psicosomática”, Honorio Delgado hace énfasis en la comprensión y desarticulación para el análisis del alma del médico misma, donde enfatiza no solamente la persona del galeno sino todas aquellas entidades o mentes humanas que lo rodean, especialmente de la más crucial y nuclear de todas las mentes humanas que lo sigue, el paciente.

Sabemos pues, que el médico no debe ser entendido como un “reparador” de la ruptura del vinculo y/o la unidad familiar, pues la medicina como acto trasciende más allá de cualquier vinculo de relación de parentesco y de sangre, tal como lo sustenta el maestro en las paginas sucesivas.
Se conoce y se entendió al médico desde tiempos remotos hasta nuestros días como una persona diferente al resto de la gente, en donde descansa ciertas labores y disposiciones las cuales hacen que el galeno obedezca a la esencia a la cual ha sido llamado y es el servicio. Es el servicio mismo, el cual se ha objetivizado, siendo el alma del médico obediente al espíritu que aclama y que lo llama a cumplir sus funciones esenciales.
En tiempos primitivos, durante la época en la cual el hombre existió por primera vez en el mundo, el médico vio presente el alma del servicio y acató el llamado a la curación de los enfermos, de manera muy instintiva y empírica, puesto que en tiempos muy remotos la ciencia no se había objetivado en un sistema metódico, y lo puramente curativo, el hombre lo asoció en un momento con “magia”.
Conforme ha pasado el tiempo, y las nuevas formas de ciencia y tecnología aparecían, la esencia y el valor nuclear del médico permanecieron tal cual como éste lo seguía obedeciendo. Según el maestro Delgado, “Así nuestra profesión […] muestra caracteres fundamentales de validez permanente”. Es verdad pues, hay materia que cambia en el tiempo, pero la esencia misma permanece caracterizando al médico tal y cual lo es y siempre lo ha sido.

Para caracterizar la esencia del médico, es primero necesario remontarnos a lo que el maestro llamo como “iniciación, ascendiente y dualidad”. 
Para describir la vocación o la iniciación, Delgado señala que, lo “médico” descansa sobre aquel espíritu que es capaz de poder desarrollar y poder desenvolverse de manera sacrificada en la misión de serlo. Además de todo ello, el “medico” requiere una sapiencia que se deslinde, que se separe de cualquier sentimiento o emoción subjetiva, es decir criterios o medios objetivos los cuales permitan a lo “médico” no dejarse tentar por opiniones, sino fundamentos estructurados científicamente, así como una inteligencia que pueda tener un dominio de si misma, contenida en un esquema libre –es decir bajo ningún esquema de concepción que entre en contra de la esencia del hombre y de sus leyes naturales inscritas en cada uno de estos, así como que este en contra de la realidad del hombre como un ser integral que apunta hacia una verdad ultima-  y sobretodo una inteligencia con “derechura moral”. Además de ello, lo que caracteriza a un médico no es solamente inteligencia y sabiduría, sino sensibilidad y fe, puesto que un médico esta llamado a la curación, al servicio, a la entrega por aquella persona doliente, que es el paciente, y que debe de siempre entregarse a la patología en la persona misma.
Otra característica fundamental es la formación medica, o el “ascendente”, entendido a partir del texto estudiado. La formación del médico implica fundamentalmente un tiempo largo, extenso y embebido de contenidos científicos y humanos, los cuales son cardinales para el conocimiento y la comprensión del ser humano integral (bio-psico-espiritual), y la comprensión además de las diversas patologías que encarnan en el hombre degenerándolo y alejándolo de su esencia más intima y su fisiología más equilibrada en sí. La enseñanza medica engloba diversos contenidos que atinan no solo al contenido sistémico de la medicina, sino a su vez deben abarcar comprensiones sobre el hombre y su condición de enfermo así como también la entrega por el mismo.
Por ultimo, cabe resaltar la dualidad, que no es otra cosa que el cultivo que el médico tiene fuera de la practica misma, para la comprensión intima de las esencias del ser humano que en un fin quizás próximo permitan al médico mismo atender diversas patologías y tratar diversas enfermedades que se expresan en ciertos hombres predispuestos a estas.

Ahora bien, se han visto diversas características que existen en el médico en sí que menciona Honorio Delgado. Pero además de ello existen ciertas características que no solamente se enraízan en la persona que es el médico, sino en su relación y vinculo con el enfermo. En este capitulo, Delgado trata de girar sobre el eje de un modelo el cual denomina “elemental” para la comprensión de esta dialéctica, y es una consulta privada entre un médico y un paciente.
Aquí, señor lector, entendamos no la consulta privada con todas sus características, sino el acto del dialogo entre el médico y el paciente. El ejemplo nos muestra a ambos (o tiene intenciones de hacerlo) como es el encuentro entre ambos, puesto que aquí pongo de accesorio cualquier pensamiento que pueda hacer usted sobre cualquier comparación entre un paciente de consulta privada y uno de hospital (que se encuentra internado). El maestro, claramente nos deja entender que es un modelo que permite entender como es que dos personas diferentes, la una de la otra, permiten que se de un complemento dialectico en esencia.

A continuación, se hará una tabla que se encuentra influenciada en esta dialéctica que don Honorio planteo en este capítulo:


Paciente
Medico
Primera Impresión
Sentimientos presentes en el paciente que expresan el dolor y la necesidad de librarse del mismo
Influencia presente debido a la confianza del paciente en el medico tratante
Confianza y Fe
Reconstrucción de la capacidad de “animo de auxilio”. Restitución del bienestar y sosiego.
Acompañamiento del sufrimiento del paciente, además de una lentificación de los mismos y despertar su animo en la esperanza.
Entrega Espiritual
Mirada y “acogida moral” (citando al maestro) llena de comprensión y atención.
Entrega caracterizada principalmente por un entendimiento que pasa por el hecho en que todos somos frágiles ante la enfermedad.
Acto Final
Vinculo establecido por la gratitud, formación del beneficio del paciente.
Honra, respuesta a la acción benéfica del paciente con la enfermedad ya tratada. Gratitud.

La formación en realidad, el vinculo establecido entre el medico y su paciente no termina en el momento de la enfermedad (es decir de la cura o el fracaso de la misma). El lazo que se forma, debe tener características de desprendimiento que no solamente se caracteriza por un servicio dadivoso hacia los pobres, sino entregarse al máximo por cada uno de los enfermos sin ningún limite, sin nada a cambio.
Incluso el mismo paciente requiere de un vinculo cercano con el medico con el cual ha tenido una asistencia fructífera. Por ello es que un buen ambiente de comunicación facilita y enriquece más el vinculo entre el medico y el paciente, tal como lo señala el maestro “la asistencia en el ambiente hospitalario excluye la libertad de elegir médico y a menudo la de comunicarse a solas con el”.

Tambien, la familia como un factor externo a la dialéctica médico-paciente, cumple una función de soporte existencial bajo criterios de corte presencia patológica, es decir actúa como un medio anímico para guardar la tranquilidad y la presencia del bienestar relativo como medio antipaliativo, además de tener también elementos morales sobre la mismidad del paciente.
Las familias en muchos casos son cruciales para la obtención de información acerca de la enfermedad presente en el paciente. Revela sin lugar a dudas una característica importante del hombre como individuo, y es que el mismo enfermo (en este caso) no es únicamente éste con el medico, sino la realidad que lo rodea (es decir, su familia, sus amigos, etc.). Siendo importante, bajo esta línea y lo que el maestro quiso dejar claro, que existen elementos cardinales en las personas –en los pacientes- que otros conocen, pero el mismo paciente no ha tenido conocimiento ni conciencia al respecto.

La confianza del medico suele ser muy importante incluso para el tratamiento y el progreso de la enfermedad, pues sin esta, existe una dificultad que impide que los procesos terapéuticos se den con relativa eficacia para diferentes estados o cuadros clínicos correspondientes. Hablamos entonces también de una capacidad que tiene el paciente de elegir su medico, a partir de prejuicios y desconfianzas, un paciente por ejemplo puede dejar un medico baqueano en la practica, muy ávido e inteligente; por un medico charlatán y poco eficiente.
Vale destacar lo que el maestro deja en claro y es la capacidad del médico para poder tener una llegada hacia el paciente mismo, entendiéndolo en todas sus características y dejándolo conmoverse por muchos aspectos de la fisionomía espiritual y anímica del paciente, y dejándose tocar no solo por la maravilla del mundo biológico, sino por su integridad misma. Observando esta característica, no solo debemos ver un médico abnegado sino un paciente agradecido –entre opiniones y palabras virtuosas en el medico- pues este ha confiado plenamente y puede ahora volver a respirar y a vivir.
Muchas veces, la actividad en sí del médico descansa sobre la información que este difunde y por el brillo que este alcanza. Además, mucha de la ciencia y la tecnología que descansa en las ciencias fundamentales percibidas por la medicina pueden ser armas de doble filo puesto que pueden ser provechosas como desastrosas de promocionar. Es por ello, según el maestro, que las llamadas “campañas profilácticas”, “deben ser preparadas con agudo espíritu critico” es decir, nunca hacer nada sin entender enteramente el sentido de la temática en sí misma, comprendiéndola en el hombre y su teleología como mismo, además de todas las características estadístico-matemáticas que puede comprender un acercamiento a la realidad.

Todo médico, según el maestro esta en la responsabilidad de resguardar la salud colectiva, no solo del paciente mismo, sino de la familia y su ámbito de influencia (amigos, sociedad, etc.). Ya que el bien que realiza el médico, trasciende no solo al paciente sino a toda la comunidad entera. Así es pues, como un estudiante de medicina no solo debe conocer la biología y la fisiología del paciente y sus componentes anatómicos, sino debe conocer al ser humano como un ser humano integral, en sus tres componentes biológico, psicológico y espiritual. Los tres nos permiten claramente entender las características del hombre, y sus comportamientos en patología que conllevan a ciertas características antihigiénicas, que deben ser combatidas no solo en el paciente como ser biológico, sino además acatando a las demás características.
Así pues, una historia clínica, sin los otros aspectos del ser humano es incompleta y sin sentido. Aquí el lector no debe confundir, entre un ser humano integral, y relacionar toda su integridad a una sola patología. Si bien es cierto, se puede prestar a confusión, lo que deja Delgado en claro es que en si mismo la comprensión del medio en el cual el paciente vive no es malo (puesto que el ser humano es un ser integral). El problema es cuando se vinculan cuestiones del pasado –como los vínculos anímicos maternos, por ejemplo- que no se encuentran relacionados con la patología bajo ningún sentido, y por lo tanto degeneran a la clínica como tal, volviéndola un psicoanalismo puro.

Una temática importante envuelta en muchas características de la vida cotidiana del médico o del facultativo –como el maestro lo denomina- son los seguros.  Los seguros representan un medio importante para el control y la salud de muchos trabajadores que se benefician del mismo a través de sus servicios.
Ahora uno de los principales problemas, según Honorio Delgado, de la medicina socializada –la medicina del seguro- es que el paciente no tiene la potestad de poder elegir en muchos casos libremente al médico tratante, y puede presentarse ciertas desconfianzas y asperezas que pueden debilitar la dialéctica antes presentada. Por lo que el médico asignado no es capaz de acatar la salud de los beneficiados, sino la patología de los mismos haciendo que en muchos casos pueda agravar la enfermedad por el hecho de que el vinculo entre el medico y su paciente se ve desmenuzado ante la razón de que existe el seguro de por medio.
Más allá de estas características, un médico del seguro no es capaz de gozar de la libertad que posee un médico no perteneciente al sistema de seguros, puesto a que no es capaz de guardar el secreto profesional, no es capaz de poder conocer a la persona en su cabalidad, entre otras muchas características que señala el maestro. Terminando con este capitulo, el maestro señala que “la socialización del servicio médico malogra el sentido genuino de la asistencia, se sofistica la disposición del cliente y se inhibe la espontaneidad autónoma del facultativo”.

Las ciencias medicas, los descubrimientos y muchas tecnologías permiten que cada vez más se progrese en el cultivo del conocimiento de muchas características humanas. Es por lo tanto que la investigación, la ciencia y la tecnología han brindado de manera creciente al progreso y el entendimiento de muchas características humanas en la medicina que son capaces de ser gozadas en la practica clínica diaria. Gracias a muchos procedimientos científicos, somos capaces de poder detectar patologías y trastornos que aquejan la salud de un paciente.
Es menester señalar, que tampoco se puede depender de la objetividad de los análisis y de la critica laboratorista puesto que es un aspecto reduccionista del ser humano a tal punto de entenderse al hombre y la vida humana como un sistema o un conjunto de organismos microscópicos vivos que en determinados cuadros clínicos, se encuentran en un desequilibrio notorio. El ser humano va más allá de la percepción de un laboratorista, es sin lugar a dudas –como se viene diciendo- una estructura integral.
Es importante entonces, la comprensión de un humano integrado, de manera que el seguro y otras instituciones puedan comprender al hombre de esa forma.

En el caso de la investigación, don Honorio recalca su importancia y su cardinal estructura para la practica médica. Para el maestro es importante que existan fondos y recursos económicos destinados para la investigación puesto que ello brinda un estimulo que es capaz de generar entre estudiantes de medicina un aliciente para la investigación y la búsqueda científica de nuevas perspectivas acerca de patologías medicas. Resalta Delgado, que sin la investigación es imposible conocer y resolver los problemas médicos y su influencia en lo social. El investigador tiene ante sí “una tarea que es tan ingente que se impone otra escala y otra forma en el fomento de su trabajo” y cada vez más existen más estudiantes que la siguen y se comprenden en su capacidad de realizar investigación.

Por ultimo, Delgado señala algunos aspectos sobre las sociedades de los médicos, donde señala las características “esencial, inherente a la misión; la facultativa del estudio, y la normativa de la agremiación y el coligamiento”.
En el caso de la misión profesional, es justamente la misión que nos vincula a todos los médicos de poder tratar y entregarse al enfermo. El sentido mismo de la medicina, la misión y la vocación de servicio hacia los más enfermos, hacia la patología y su resolución es algo que nos une y nos colegia en una sola institución.
En el caso de la vinculación por el estudio, sabemos que el saber desinteresado e intelectual del medico entre sus colegas es lo que lo une para comprender de manera dialógica al paciente y la patología en su mismidad. Además de ello, el culto a la verdad y algunas perspectivas del científico son las que caracterizan a la medicina, los médicos y sus coetáneos para colaborar entre si.
Es necesario también un grupo de médicos, debido a que la medicina misma necesita un respaldo y una dignidad reconocía por el Estado. En muchas ocasiones estos organismos salen en defensa del médico, en el amor a la justicia y en las correcciones que existen tanto dentro de los organismos como fuera de los mismos, como señala el maestro Delgado.

Como conclusión quisiera agregar la siguiente frase de Delgado que resume bastante todo este derrotero y comprende esencialmente muchas características del medico:

“Nuestra carrera es por excelencia comunicación fecunda en encuentro preñados de consecuencias, que nos permite abismarnos en el misterio del destino de la criatura humana sujeta a las potencias de la naturaleza, eterna y tejedora de la trama de la vida en el telar de lo perecedero […] Nuestra vocación y nuestra conducta cobran eficacia y realce en la medida que logramos dar a las personas lo mejor de nuestra persona”.

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