Hace ya un tiempo atrás, tuve la
oportunidad de poder revisar textos y lecturas del gran fenomenólogo y
psiquiatra Karl Jaspers. Y es que, además de escribir este artículo en homenaje
a los cien años de la primera publicación de tan fantástico escrito "Allgemeine Psychopathologie" (Psicopatología General), no podía evitar
escribir un artículo acerca de Jaspers y su vinculo con aquel
"sudamericano que mejor conocía a Jaspers", el maestro don Honorio
Delgado. Esta denominación, encontrada en una de las ediciones del libro que
tuve la oportunidad de revisar, tiene su evidencia en varios artículos escritos
por el profesor Delgado y en especial uno que fue publicado en la Revista de
Neuro - Psiquiatria en el año 1947, explicando de manera didáctica, ejerciendo
una magisterio tal que deja comprender al lector no solamente las bases
fundamentales de la obra de Jaspers sino además clarifica y esboza bien el
personaje de Karl Theodor Jaspers de manera tal que no deja ningún rastro de ambigüedad
o incluso alguna fuga en detalle. Es decir, el porte de Delgado es tal, en
materia descriptiva, que nada se puede escapar de su descripción de otro gran
maestro, médico y filosofo, de la misma talla de don Honorio Delgado, a mi
parecer.
Karl Theodor Jaspers, psiquiatra y
pensador tudesco, escribió su primera edición de Psicopatología General en 1913. Durante tiempos de Jaspers, la
escuela psiquiátrica en materia histórica se hallaba prendida en dos grandes
corrientes: la primera, corriente cientificista forjada por los trabajos y
exposiciones del maestro Emil Kraepelin, la segunda, el descubrimiento del
inconsciente y el desarrollo de la psicoterapia psicoanalítica por el profesor
Sigmund Freud, quien en vida, tendría una serie de detractores que darían
inicio a otras corrientes distintas de la propiamente psicoanalítica, como la
terapia existencial, logoterapia, la psicología individual y la psicología analítica,
principalmente. La publicación de la obra de Jaspers ocurrió a los treinta años
de edad, y se encargó principalmente de dar un orden y una crítica al
conocimiento psiquiátrico de aquel entonces. El interés del joven Jaspers
recayó fundamentalmente en aspectos fenomenológicos, es decir, conocer el mundo
interno del enfermo, basándose en la comprensión según Dilthey, con un sentido descriptivo
- científico, sumado a un "espíritu despejado" en cuestión del
conocimiento de la naturaleza misteriosa de la humanidad. Todos estos aspectos
fueron los que sentaron la base para la descripción de una psicopatología
general, como señalaría el maestro. En el estudio de la vida anímica anormal,
es de empresa difícil, acto imposible, declarar un conocimiento como algo
totalmente sabido, o exhausto. Pero el conocimiento sobre la psique relacionado con la anormalidad es
susceptible a iluminación y avance, debido a las reflexiones que dirigen sobre
cierta temática, adjuntado además a un método empírico que sea capaz de poder,
de forma parcial, ordenar el conocimiento y sistematizarlo para su comprensión,
como afirma el maestro Delgado. Es algo similar a lo que propondría Dilthey con
el aspecto de lo comprensivo y lo explicativo. Lo primero, relacionado mayormente
a un detenimiento exhaustivo del facultativo por analizar y disgregar cada
punto y fenómeno traído en la conciencia del sujeto, sin ninguna posibilidad de
que el primero se llegue a influenciar por factores externos a la interacción
con la conciencia de su consultante (epoché
husserliana). Lo último, relaciona más la capacidad epistemológica de la técnica,
es decir, la técnica y el método científico son capaces de describir rasgos característicos
de ciertas gentes, tendencias características del comportamiento de ciertos
aspectos nosológicos, pero es incapaz de adentrarse en el mundo interno de la
conciencia del sujeto por simplemente el hecho de que la intención de la misma
recae sobre actos descriptivos y de explicación.
Posteriormente a la primera publicación
del texto Psicopatología General,
Jaspers había comenzado a progresar en la vida académica. Primero, lo
importante sería evaluar su desempeño intelectual y formativo para comprender
de dicho progreso académico del cual se habla. Karl Jaspers, hijo de un hombre
de negocios, se formó primero en la jurisprudencia, que luego abandonaría para
estudiar Medicina de 1902 a 1907. Posteriormente, fue asistente del maestro neuropatología
Franz Nissl en la Clínica Psiquiátrica de Heidelberg en 1909. Lo curioso, en
relación con el vinculo académico entre Nissl y Jaspers, fue cuando este ultimo
iba a publicar su primera edición de la centenaria obra, Psicopatología General. Esta anécdota se encuentra en las primeras páginas
del libro Psicopatología General.
Pero, al momento de que Jaspers decide publicar su obra, Nissl le declara:
"Yo no entiendo mucho de eso, pero publíquelo, que parece ser muy importante".
Quizás, y no lo podemos saber en este momento, pero el profesor Nissl no tenía
una idea precisa de lo que Jaspers estaba por realizar, pero sabía, y sin temor
a equivocarme, de que la obra que llevaba en manos generaría una revolución tal
que renovaría muchos de los aspectos nosológicos y nosográficos de la Psiquiatria,
a tal punto de construir sólidamente la psicopatología. Luego de la primera publicación
de Psicopatología General en 1913,
Jaspers estuvo facultado para enseñar Psicología, curso que había dictado como
profesor extraordinario en 1916. En 1921, fue profesor de filosofía en la
Universidad de Heidelberg, la cual obtuvo el título de rector. Durante dicho
proceso académico es que publicaría una segunda edición (1920) y una tercera
edición (1923), evidenciando una cierta madurez intelectual y espiritual.
En su obra, Jaspers no considera adecuado
aceptar sistemas o pensamientos filosóficos como una especie de dogmatismo,
sino que, en cuestión al estudio de la realidad humana, consideraba importante
poseer horizontes abiertos y cierto relativismo en aspectos metódicos para la
determinación rigurosa de ciertos datos, pero siempre con la mirada puesta en
la totalidad de los datos, tal y cual lo explicaría el maestro Delgado. En
Jaspers, se ve un interés abnegado por cultivar la psicopatología y buscar su
reestructuración de fondo, de tal forma que al pasar las ediciones del libro,
se podía observar una suerte de progresión en la estructura de la psicopatología
planteada por Jaspers.
Lo fundamental en la obra es el método,
que en Jaspers se fundamenta en la experiencia verdadera. Como fenomenólogo, la
prioridad en la psicopatología era un aspecto mayormente comprensivo, por lo
que en sus textos menciona una palabra de relevancia para su estudio: Einfühlen (empatía o empatizar). Además,
un aspecto importante, muy aparte de la empatía, es la llamada "vocación
del psicopatologo", que Jaspers describe y que Delgado reafirma. En esta,
hay una suerte de llamado en ciertos sujetos con habilidades para formar su espíritu
en aspectos relacionados a la vida anímica anormal y que en el proceso del
encuentro con el sujeto doliente son capaces de percibir y intuir lo que anda
rondando en el espacio dialogal entre el terapeuta y el paciente. Esta
intuición y este forjar del talento, son aspectos con los cuales la
intelectualidad y la excelencia académica van de la mano. Muchos de estos aspectos
no son ajenos a otras esferas intelectuales, y únicos de la medicina, puesto
que el interés por conocer la filosofía y el comportamiento humano interesa
bajo el aspecto del conocer características y criterios basales,
cuestionamiento sobre la normalidad y la anormalidad, pero fundamentalmente vincularse
y emprenderse a un viaje por el estudio del hombre por el hombre, y no
sencillamente del hombre por la enfermedad. Es un aspecto, que al momento de
revisar a Jaspers, pude percatar, y es que el énfasis por los aspectos académicos
son tales, que la intuición que desarrolla un psicopatologo no se encuentran
simplemente en aspectos clínicos, de gran relevancia para su estudio, sino que también
se encuentran en características humanas y comportamentales que hacen entender
al hombre otros aspectos del pensamiento y sus características. Es por ello que
Jaspers afirmaba: "Sin la aptitud y el placer de percatarse de lo psíquico
en su plenitud, no hay ninguna posibilidad de cultivar la psicopatología".
Concordamos entonces, que en este aspecto lo pleno no implica meramente un
aspecto clínico puro, sino que lo pleno contiene en su gran mayoría al aspecto clínico
pero aparte se encuentra enraizado mucho del aspecto humano también. He ahí
cuando una mente forjada en estos aspectos puede, mediante el entrenamiento
exhaustivo y la dinámica del vinculo ya perfeccionada, percibir estos aspectos
que son análogos a lo que muchos médicos denominan "el ojo clínico".
Otro aspecto además importante de la obra
de Jaspers es que deja entender que además de tener una mente académica
dispuesta a la vocación de la psicopatología, se debe tener una disposición más
profunda y es conocer la substancia del alma humana. Es imposible, tanto para
Delgado como para Jaspers, conocer al alma humana en su totalidad y perfección.
Pero si aquel, quien se encuentra en dicha formación académica, desea
aproximarse de manera cercana al conocimiento del alma ajena, es importante que
se conozca o se aproxime a la sustancia propia, y de ideas y personalidad
adecuadas a tal fin, tal y cual lo afirma el profesor Delgado. Además de ello,
la entrega del alma propia al entendimiento del alma ajena, es una labor que
todo psicopatologo según Jaspers debe realizar y aprender. El trato con la
persona es fundamental para el psicopatologo. No solamente es percibir y
describir, tomar medidas (como afirma Jaspers), sino disponerse a las
revelaciones de las realidades del alma, con una actitud dispuesta. No es
redacción, sino introducción al mundo interno. En Jaspers, existe una gran
diferencia en aquellos hombres que pasan desapercibidos el mundo del enfermo,
de aquellos que lo perciben con claridad gracias a su sensibilidad y don de simpatía.
Finalmente, para Jaspers, su obra no es
meramente un cumulo de datos y resultados para generar una especie de
repertorio, tal y cual lo afirma el maestro Delgado, sino que busca configurar
la presentación de los datos de modo tal que se realice la perfección científica
de los mismos y la presentación de nuevos conocimientos. Es por ello, que la
obra de Jaspers es un texto de intelectualidad viva, que late y respira sin
ninguna dificultad en cualquier ámbito de la psiquiatría clínica y la psicopatología
actual. Además de ello, se busca que la psicopatología distinga formas de poder
observar y entender, de manera tal que haya un divorcio con la parcialidad
intelectual y todo aquel factor externo que pueda interrumpir dicha
observación, como también vencer cualquier enjuiciamiento de todo aquello que
sea abarcado únicamente por experiencias personales. Es decir, se debe emplear,
bajo los conceptos husserlianos, reducciones de tal forma que haya sin
interferencias el encuentro entre dos conciencias, la del doliente y la del
consultante. Por lo que se observa en Jaspers, la filosofía es un aspecto formativo
más que aplicativo en el consultante. Pues todo medico y psicopatologo debe
como requisito tener conocimientos acerca de humanismo y filosofía. Para
Jaspers, no es concebible la idea de forjar una psicopatología existencial ni
mucho menos una antropología filosófica o vincular la filosofía en la terapéutica,
sino es importante para él concebirla como parte de la formación espiritual del
individuo, dado que su vinculo se encuentra en personas y no en objetos
inanimados. Para Jaspers, la filosofía es de gran utilidad para que el sujeto,
el psicopatologo, se libre de la parte interior, de lo subjetivo, de los
prejuicios espurios, y supuestos que inconscientemente se aceptan como
absolutos.
La obra de Jaspers, es sin lugar a dudas
una expresión de fineza y plenitud en la expresión del conocimiento psicopatológico.
En él se observa, además de un recto ejercicio del magisterio, un porte académico
tal que expresa la sabiduría característica del maestro en palabras con contenido tanto histórico como teórico psicopatológico,
que no naufragan ni mucho menos se encuentran aprisionadas por datos
doctrinarios o apasionados. Es en Jaspers que realmente la materia de la
clasificación, la nosología y el entendimiento de los signos, síntomas y
enfermedades, se ordena y que hasta nuestros días dicho ordenamiento sigue
vigente y empeñosamente revisado para su reutilización constante.