lunes, 9 de julio de 2012

Sobre las Anormalidades de la Conciencia


En este capitulo del curso de Psiquiatría, el maestro Honorio Delgado, hace mención a las Anormalidades de la Conciencia vinculándolo con las perturbaciones de la conciencia y su relación con la desorientación.
Focalizando al lector en lo normal, lo primero que hay que tener en cuenta es la orientación. La orientación está vinculada con las tendencias instintivas, la percepción, la memoria, la atención y la inteligencia. Ello también envuelve a la conciencia, definiéndola en términos coloquiales como la capacidad del individuo de vincularse con la realidad; con todos los elementos que ella involucra.
Por lo tanto, todo aquello que impida aprehender los datos objetivos e incorporarlos en la mismidad, sobretodo en la persona, es causa de desorientación.
Los estados de conciencia tienen tres formas de desorientación, que según el maestro las clasifica como: la apática (falta de actividad instinto-afectiva), la amnésica (falta de actividad de la memoria) y la delusional (falta de la actividad del juicio). Además comprender que la desorientación puede ocurrir en tiempo, en espacio y en persona. En caso de la persona, esta puede ocurrir con el Yo o con los demás. 
En consecuencia, se clasifican las anormalidades de la conciencia como: estrechamiento, entorpecimiento y anublamiento de la conciencia.

En el caso del estrechamiento anormal de la conciencia, esta consiste en una reducción en todo sentido del campo de la conciencia, haciendo que el foco de la conciencia abarque un contenido apreciablemente menor que el normal, y este foco es seleccionado de forma sistemática. Ello refiere que el individuo “escoge” ciertas cosas de la realidad actual y de la experiencia que adquiere, tal y como lo dice don Honorio Delgado , y hace abstracción de otras. En algunos casos puede constar de una reducción simplificadora y en otros casos el contenido de la conciencia se puede ver adulterado ya sea por juicios o percepciones engañosas. En estos individuos, es como “vivir un teatro”. De alguna manera, el sujeto selecciona lo que “quiere” vivir de la realidad y experiencia actual, descartando al resto. Por lo tanto, mencionar que el sujeto “estrecha” la realidad a partir de esta anormalidad. Estos desordenes son típicos de los estados hipnóticos y principalmente de la histeria. Tambien está presente en pacientes que han tenido fuertes estados emocionales, como por ejemplo un susto. Tambien puede ocurrir en pacientes con enfermedades orgánico – cerebrales.

En el caso del entorpecimiento de la conciencia, esta se caracteriza por la disminución o la perdida de la lucidez y la vigilia. En estos casos, el paciente entorpecido tiene la dificultad de aprehender (y solo con esfuerzo) los elementos de la realidad objetiva y si lo logra capturar es difícil de poderlo mantener y conformar la estructura en el interior de la mente. Al momento de la examinación, es complicado de que el paciente muchas veces entienda lo que se le pregunta, y cuando lo comprende olvida lo que logró comprender. Los sentimientos en estos pacientes, se muestran también sin diferenciación o no se manifiestan, según el maestro. No obstante, algunos enfermos expresan sentimientos que son incompletos, como una “euforia vacía” o un “débil malhumor”. En estos pacientes la acción voluntaria es nula.
La duración del paciente entorpecido es variable, y por lo tanto no se puede predecir a ciencia cierta cuando es que el sujeto dejaría de estar en un estado anormal de la conciencia. Cuando los pacientes tienen cortos periodos de entorpecimiento, se puede sospechar de una epilepsia o estados de ausencia. Sin embargo, cuando los periodos son largos, se puede sospechar en daños cerebrales graves, enfermedades que dañen al cerebro, como también estados de histeria.
El grado superlativo del entorpecimiento es el coma. El menor de todos, el embotamiento. Entre el embotamiento y el coma, se encuentran una serie de grados de entorpecimiento que son (en orden creciente): somnolencia y sopor. En estos casos (de somnolencia y sopor) los estímulos sensoriales fuertes y muy fuertes pueden provocar una reacción del individuo.
La conciencia puede verse entorpecida por otras patologías como tumores, meningitis, uremia, diabetes, la extirpación de las glándulas paratiroides, entre otras patologías.

En el caso del anublamiento de la conciencia, este se considera como un déficit de fondo, una perturbación productiva, o como diría el maestro, cuando los actos de aprehensión de la realidad no solo se debilitan o se anulan, sino que son sustituidos por fenómenos más o menos vivos e incoherentes; siendo desnaturalizado por un contenido adventicio.
Estos contenidos “adventicios”, foráneos en todo sentido, consisten en pseudopercepciones (estructuradas o inconexas) que terminan mezclando lo incongruente con lo real, haciendo que el paciente tenga la sensación fantástica de la realidad, o de manera coloquial, como si “estuviese soñando”. Esto ocurre por lo general en personas que presentan cierto cansancio, personas con emociones fuertes, o incluso en un extremo se encuentran personas agitadas. La memoria de fijación en este caso se encuentra defectuosa, sobre todo en ciertas especies de anublamiento, caracterizadas por la amnesia subsecuente, según señala el maestro Delgado.
Un paciente en estado oniroide, vive en un mundo de fantasía. El individuo nublado, vive en sus ilusiones, mayormente de forma pasiva, y estos momentos de pasividad (incluyendo los contenidos) puede recordarlos después.
Un paciente embriagado, tiene un ligero entorpecimiento y su actividad psíquica alterada, es decir se encuentra alterado del animo, la imaginación y locuacidad se encuentran fuera de sus carriles. Hay presencia de fuga de ideas. Por lo general, el ebrio se siente transportado a un mundo peregrino, que según el maestro, es libre y dueño de la situación. Por lo tanto, el paciente ebrio está desinhibido. Estas situaciones son bien conocidas por ser producidas por sustancias toxicas, que involucran a la toxicomanía y psicosis alcohólicas, tema de gran interés en la segunda parte del Curso de Psiquiatría.
Un paciente en estado crepuscular, es un paciente que conserva la coherencia y que por lo tanto a simple vista no parecen estar alterados. Sin embargo, cuando se establece la relación con el sujeto, se observa limitaciones en las ideas, desconectadas hasta cierto punto de la vida psíquica, tal como lo señala don Honorio Delgado. Estos pacientes pueden cometer ciertos actos excesivos, hasta cierto punto inmorales, y al momento de cometerlos, los pacientes lucen lucidos, pero en la exploración responden a cierto “sonambulismo”. Citando a Kleist, el maestro menciona varios tipos de estados crepusculares como son: el estado alucinatorio, agitado y perplejo, el psicomotor y el estado dominado por las ideas de referencia. Muy rara vez, este estado es puro, es decir es difícil de hallar un paciente con un estado crepuscular único. Estos pacientes se encuentran crepusculares adjuntos a otra patología. Estos estados pueden durar de minutos a semanas y generalmente se presentan en patologías como la histeria o las epilepsias.
En el paciente con delirio, hay un anublamiento de la conciencia de tomar en cuenta, que involucra intranquilidad, desenfreno con los sentimientos, inestabilidad emocional y fantasías profusas. Hay la presencia de alucinaciones como de ilusiones. El delirante es participe de las escenas que produce la mente, de manera que el mismo es incapaz de poder impedir que estas escenas dejen de ocurrir. Ello incluso podría poner en riesgo la vida del paciente con delirio. A diferencia de otros tipos de anublamiento de la conciencia, el delirio si deja amnesia. Según la naturaleza del delirio, el maestro lo clasifica en: delirio prodrómico (inicial), delirio de defervescencia, delirio de colapso, delirio por inanición, delirio asténico, delirio tremens (o delirium tremens). Existe una forma de delirio, denominada delirio profesional, donde el individuo se sitúa en el trabajo o en su oficio. Los estados febriles, son también causa de delirio, como también los eventos post-operatorios en ciertos pacientes hospitalizados. Generalmente, esta temática psicopatológica se encuentra mejor detallada en el área de la psiquiatría de enlace, donde el vinculo con la hospitalización y la patología mental es tema de interés y de investigación en el médico.
En el caso de la alucinosis aguda, también involucra una cierta anormalidad de la conciencia, que puede parecer lucida, de escasa desorientación, en el que existen alucinaciones principalmente auditivas. Hay presencia de ideas de referencia, que esbozan un estado persecutorio, con angustia y nerviosismo característico.

Finalmente mencionar, la escuela francesa llaman confusión mental lo que los alemanes denominan amencia. Este concepto se define como un anublamiento de la conciencia que engloba un pensamiento embrollado (lleno de ideas inconexas que a la simple audición es incoherente), perplejidad, ilusiones y alucinaciones, y estado afectivo inestable. En este caso, el anublamiento y la desorientación no son profundos y pueden variar; pero lo que si es clásico es la incoherencia. Esta se caracteriza por juicios falsos y fragmentarios. El estado de animo en estos pacientes es excitable, inquieto y con tendencia al llanto. La expresión es locuaz, es decir el paciente característico desea hablar de forma profusa, sin caer en el vicio de entender que necesariamente ello involucra fuga de ideas. Otra característica importante y distintiva es el caso de la perplejidad que el paciente posee al no poderse acercar a la realidad. En estos casos, los sujetos con amencia, solo poseen recuerdos de lo que han vivido, e incluso el sujeto recuerda impresiones aisladas, sin la capacidad de poder recordar toda la eventualidad. Este tipo de confusiones se observan en las mismas patologías que presentan delirio, mayormente (según el maestro) se presentan en psicosis sintomáticas.