sábado, 9 de junio de 2012

Sobre las Anormalidades de la Percepción


En su libro, “Curso de Psiquiatría”, el maestro Honorio Delgado hace una descripción muy fina sobre las anormalidades de la percepción y otros temas afines a la psicopatología. Y es que, refiriéndonos a la percepción misma, es necesario entender que cuando el hombre realiza vínculos entre la conciencia y los objetos sensibles es necesario que: haya una relación entre lo que es (significación) y lo que se percibe (sensación), que haya una intensidad y cualidad de las sensaciones, que las sensaciones se diferencien para cada sentido, es decir, por ejemplo que el olor de una naranja se perciba solo con el olfato, que haya una relación espacial con lo que se percibe determinada, que la percepción producida tenga un grado de naturalidad y que la sensación determinada produzca un estimulo determinado. Cuando algunas de estas descripciones se pierden, es donde surgen las anormalidades de la percepción. La perdida de alguna de estas características puede depender de alguna alteración física de los órganos de los sentidos.
Durante todo el texto, el maestro hace acápite en siempre buscar la relación entre el sujeto (psiquis)  y su contenido mental (pensamiento, sentimiento y palabra), dado que las anormalidades de la percepción no suelen aparecer solas y aisladas.

Cuando Honorio Delgado inicia su descripción de la Agnosia y la Convicción Corporal sin Sensación, lo hace primero definiendo términos. Uno de ellos, y el más importante, es el de la gnosis o gnosia, que refiere integración de las sensaciones con los otros datos y estructuras de la experiencia del sujeto.
Al mencionar la agnosia (que etimológicamente es la no integración de las sensaciones con los otros datos y estructuras de la experiencia del sujeto), la describe fundamentalmente como perteneciente a los daños ocurridos por lesiones cerebrales. Describe el maestro que, un paciente con estas características puede aprehender rápidamente las sensaciones, puede distinguir lo sensible (es decir, hay conservación de la sensación) pero en este caso falla su significación. El lector debe recordar lo siguiente: el paciente puede sentir el objeto pero es incapaz de decir lo que es.
Esta anormalidad generalmente compromete un sentido, o se limita a ciertos objetos. Se debe recordar que antes de pretender localizar la lesión cerebral, es importante entender que es lo que se trata de localizar en este aspecto.
En el caso de la convicción corporal sin sensación, el maestro lo considera como una anormalidad complementaria a la agnosia. Normalmente, suele ocurrir que en un lugar conocido como la casa del sujeto hay la idea de objetos que están fuera del campo visual del sujeto y la convicción correspondiente a su ubicación en particular. Es decir, normalmente uno sin ver ciertas cosas en su casa, sabe donde están los objetos y está convencido de que ahí lo puede encontrar, si es que alguien más no ha cambiado de lugar al objeto antes. Lo anormal ocurre cuando hay esa convicción pero sin que exista conocimiento y recuerdo de una percepción previa. Esto quiere decir que, la persona está convencida por más de que no haya cosa material alguna aun así juzgue que el objeto realmente no existe.

Uno de los puntos que se mencionó en función a los vínculos que hacia la conciencia del hombre con los objetos sensibles, es la intensidad y cualidad de las sensaciones. Cuando estas fallan, se producen anormalidades de la percepción relacionadas a la intensidad y cualidad de las asociaciones.
En el caso de la intensidad, cuando está alterada, se puede percibir un estimulo aumentado (hiperestesia), un estimulo disminuido (hipoestesia) o un estimulo anulado (anestesia). En este caso se relaciona más con la sensación dolorosa y el sentido del tacto, pero también se puede manifestar en todos los sentidos ya sea de forma global o parcialmente. Un ejemplo que propone el maestro es el de la intensificación o disminución de la visualización de los colores en una imagen, o cuando se ve involucrado uno o más colores en la intensificación o disminución. 
En el caso de la cualidad, el paciente acentúa más un rasgo del objeto o imagen percibida, haciendo de que los demás rasgos normales se atenúen (ej. Daltonismo).

Cuando se habla de la Asociación Anormal de las Sensaciones, se menciona el caso de la sinestesia. Esta se describe como una confusión entre dos diferentes representaciones provenientes de dos órganos sensoriales distintos, como es el caso de una “audición coloreada”.
En el caso de las Sensaciones Simultaneas Anormales, estas se producen en cuanto a que una experiencia contiene una percepción (ya sea anormal o normal) al cual se le une otra percepción que recaiga sobre el mismo campo sensorial o sobre otro campo sensorial.
Otro acápite importante es la forma espacial y la relación espacial en las percepciones. Cuando estas están alteradas, se percibe una forma espacial alterada. Cuando esta forma espacial alterada es relativa a las dimensiones de los objetos se habla de una Macropsia (cuando los objetos se ven más grandes de lo normal), una Micropsia (cuando los objetos se ven más pequeños de lo normal) o una metamorfopsia (cuando los objetos constantemente cambian de forma). Una forma de metamorfopsia es la dismegalopsia, que es cuando el paciente percibe un objeto que se achica por un lado y se agranda por el otro.
Cuando se habla en relación a la percepción visual, se tiene diplopía (cuando el sujeto ve dos veces el mismo objeto) y Poliplopía (cuando el sujeto ve más de dos veces el mismo objeto).
Tanto lo relativo a las dimensiones de los objetos como a la percepción visual puede presentarse la alteración tanto en un ojo como en los dos. Muchas veces estos síntomas son rasgos de ciertos daños orgánico – cerebrales o por adicción a sustancias.

Cuando existe extrañeza de lo percibido, es cuando se presenta la realidad de forma diferente, sin la naturalidad que normalmente presenta, independientemente de que el sujeto no crea que haya cambiado o siente una interrupción entre el y las cosas. En estos casos no se presenta alteración de las sensaciones.

Las pseudopercepciones son un tema de gran importancia dentro de la psicopatología de la percepción. Generalmente, se pueden definir como percepciones falsas o engañosas. Esto consiste en percibir objetos que en la realidad no existen o percibir objetos que existen pero para el sujeto tiene una apariencia impropia.
Cuando se habla de una ilusión, se entiende que, el sujeto percibe un objeto, pero deforma su significado real, percibiendo una cosa que no es y llamándole la atención a los sentidos
En el caso de la Paraidolia, el sujeto percibe imágenes que se mueven o están quietas en un objeto real (por ejemplo una persona) en segundo plano, pero el sujeto sabe que lo que está viendo no es real y es consciente de ello. En estos pacientes, la paraidolia puede presentarse con significación patológica.
Cuando se habla de una alucinación, el sujeto percibe un objeto con todas sus características, pero el único inconveniente que este objeto no se muestra presente en el estimulo sensorial, es un objeto no existente. El sujeto lo siente, pero en la realidad no genera ningún estimulo sensorial. Aparecen imágenes irreales netamente, pero para el sujeto tiene toda la realidad del mundo.
Para el caso de una pseudoalucinación, esta tiene atributos tanto de las percepciones como de las representaciones. Para este punto y para mejor entendimiento del lector, he preparado un cuadro, en función a las características descritas por el maestro Delgado, para poder mencionar las características de una percepción y de una representación:

Percepción (Atributos)
Representación (Atributos)
Corporeidad
Calidad de imagen corpórea
Localización en el espacio exterior u objetivo
Localización en el espacio imaginario
Frescor sensorial, es decir fineza de las sensaciones al sentir la percepción
Falta de frescura sensorial (carencia de cualidades o de adecuación de estas),
Estructura o diseño determinado
Estructura indeterminada con detalles aislados
Constancia de la Forma
Inconstancia de la Forma (Las representaciones se desbaratan y se reconstruyen fácilmente)
Independiente de la voluntad
Dependiente de la voluntad.

Cuando se hablan entonces, de alucinaciones verdaderas, se deben tener todos los atributos de las percepciones. Las pseudoalucinaciones comúnmente tienen los dos primeros atributos de las representaciones y los cuatro últimos de las percepciones. Existe, además una serie de fenómenos de transición entre la representación normal y la pseudoalucinación en sentido estricto.
Cuando el maestro mencionaba este punto, cito a Jaspers, “el juicio de la realidad no es decisivo para las alucinaciones, ya que también las pseudoalucinaciones pueden tener juicio de la realidad”. El maestro sobre los criterios jasperianos, comenta que son útiles para describir con precisión las percepciones engañosas en función a las diferencias entre una alucinación y una representación,  sin nunca desligar el juicio de la realidad del enfermo, ni mucho menos el enlace o la falta de enlace del fenómeno anormal con la continuidad objetiva en el espacio tiempo de los acontecimientos.
De vez en cuando, las alucinaciones se confunden con las ilusiones o son escasas, en el sentido de que es difícil encontrar una alucinación pura. Los enfermos mentales lucidos, según Honorio Delgado, suelen presentar pseudoalucinaciones. Es, entre los psicopatologos más nombrados, un escepticismo acerca de la existencia de las alucinaciones.
Finalmente mencionar que el maestro menciona otro tipo de alucinaciones, las alucinaciones hipnagógicas. Estas se producen cuando se pasa de la vigilia al sueño y en el momento de despertar. Tienen la apariencia de un ensueño, salvo que la persona es consciente de su irrealidad, pero con frecuencia muestran materia de ilusiones.

Finalmente, mencionar que existen además de las ya mencionadas, anormalidades propias de cada sentido, en relación a la percepción.
Con relación a la vista, existen una serie de anormalidades de la percepción, como también fenómenos extraordinarios de la vista. Un ejemplo de ello es las imágenes eidéticas o intuitivas. Se manifiesta en los niños y en aquellos adultos que son capaces de poder proyectar de forma vivida las ideas y sensaciones (eidético). Se producen a voluntad, fijando la atención en lo que se acaba de ver. Por ejemplo, si un eidético ve un cuadro de Dalí y luego dirige la mirada hacia una pared plana se dará cuenta que la misma imagen es capaz de reproducirla con sus ojos y podrá distinguir además detalles que no vio en el cuadro.
Luego, tenemos a las imágenes Postópticas. Estas son capaces de dificultar la visión de la realidad. Por ejemplo, un hombre que se dedica algunas horas corrigiendo pruebas de imprenta, al salir de la calle, le perturban las imágenes persistentes de las cuartillas.
Las visiones fantásticas son creaciones ricas y cargadas de imágenes y colores, de remodelación constante, varían en su forma, cuando los ojos están cerrados e inmóviles.
En el caso de las anormalidades, se tiene en primer lugar a las alucinaciones extracámpicas. Estas están fuera del campo visual.
Luego a la alucinación negativa, que involucra una falta de visión de objetos reales. Por ejemplo, el caso de la histérica que cuando la abandona un sujeto, esta excluye a esta persona fuera de su mundo consciente. Finalmente mencionar las alteraciones orgánico – cerebrales que incluyen fotopsias o fotomas, o complejas fantomas.

En el caso de las alteraciones de la percepción en el aparato auditivo, se tiene en primer lugar a las alucinaciones funcionales. Estas son manifestaciones de pseudopercepciones verbales con motivo de sonidos o ruidos reales. Estas son alucinaciones o pseudoalucinaciones inducidas por una percepción real. Luego, están las alucinaciones o pseudopercepciones verbales psicosensoriales. En este caso el individuo percibe imágenes acústicas con todos los caracteres de la verdadera percepción, o sólo con ciertos caracteres de una verdadera percepción y con los demás correspondientes a la representación. Estas son las “voces” que vienen de fuera o de su cuerpo sin que participe el aparato de la fonación ni las imágenes verbomotoras. Finalmente, el maestro hace mención de las ilusiones verbales psicomotrices. Estas son las voces que se relacionan con el aparato de fonación. Estas son “Ilusiones” presentes en la esfera verbomotora.

Con relación a las alteraciones del gusto y del olfato, estas son menos diferenciadas y menos frecuentes que de los otros sentidos. Por lo tanto, no puede evidenciarse de manera concluyente que haya verdaderas alucinaciones en estos sentidos pues es difícil excluir las meras ilusiones, dada la naturaleza de los órganos correspondientes.

En relación a las anormalidades de la Sensibilidad General, estas se presentan por lo común como una mezcla de las del tacto con las de las demás sensaciones corporales, supeditada, por otra parte, a los estados efectivos y a las ideas de los pacientes.

Cuando se mencionan a las alteraciones de la percepción kinestésica, se tienen en cuenta una serie de anomalías a mencionar como la impresión concreta de la ligereza o pesadez de todo el cuerpo o parte de él, la sensación de que se ejecuta un movimiento cuando en realidad se está tranquilo y hasta estado de estupor (alucinaciones de acción o falsas acciones), la impresión de que el suelo se mueve u ofrece poca resistencia a la pisada, ciertos desarreglos del aparato vestibular, etc. Cuando existe una combinación entre impresiones kinestésicas, del tacto, y laberínticas se habla del esquema corporal. Las anormalidades del esquema corporal, por lo tanto son anormalidades que corresponden a la imagen espacial del sujeto. Un ejemplo es, anormalidad del crecimiento de ciertas partes del cuerpo o de todo el cuerpo o empequeñecimiento sin razón fisiológica aparente.  Tambien, la autoscopía o heautoscopia. Esta es la visión del propio cuerpo, ya sea de una parte interna o externa, sea de la totalidad, como un doble o una imagen en el espejo.

Cuando se ha mencionado toda la descripción psicopatológica, es importante tener en cuenta que la percepción debe entenderse no solo como una actividad psíquica aislada sino más bien está enlazada a toda la actividad mental del sujeto. Hay que entender, además que la conciencia de la realidad exterior no es categóricamente objetiva sino contiene un carácter además, subjetivo. Es importante señalar, que así como no consideramos las anormalidades de la percepción o la percepción misma como una actividad aislada, que se entienda que, el sujeto participa como un todo en las anormalidades de la percepción, no solo su aparato sensorial es el que está involucrado.
Por lo tanto, hay que también mencionar lo que el maestro citó acerca de una frase de Henry Ey sobre la alucinación que dice, que la alucinación “siempre está amasada con la pasta de la personalidad del sujeto y hecha de su propia actividad”.
Por lo tanto, esto también pasa por comprender que las imágenes verbomotrices, las palabras y los hechos que involucran movimientos expresivos tienen una conexión con estructuras más amplias de la vida psíquica.
En el caso de una alucinación verbal, por ejemplo, esta aparece como un acto verbal, latente o actual en el cual el sujeto ha perdido el sentimiento de que le pertenece, el acto de un interlocutor. El alucinado se comporta frente a su lenguaje como frente a un instrumento material que podría transferir a otro y del cual podría servirse el otro, dándole así la apariencia de palabras que vienen del exterior o de palabras que se imponen.

En el caso de las anormalidades de la percepción se deben tomar en cuenta dos aspectos a explorar: Uno correspondiente al modo como impresiona el objeto (real o ficticio) y el otro relativo a qué es lo que expresa la mente personal en la operación perceptiva afectada.
Finalmente, y como conclusión, según el maestro Delgado el acto de la percepción, normal y anormal, evidencia la forma y el contenido del alma individual, su forma y las consecuencias de su experiencia vivida, la peculiaridad de sus tendencias y su modo de reaccionar en las situaciones

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