En
su libro, “Curso de Psiquiatría”, el maestro Honorio Delgado hace una
descripción muy fina sobre las anormalidades de la percepción y otros temas
afines a la psicopatología. Y es que, refiriéndonos a la percepción misma, es
necesario entender que cuando el hombre realiza vínculos entre la conciencia y
los objetos sensibles es necesario que: haya una relación entre lo que es
(significación) y lo que se percibe (sensación), que haya una intensidad y
cualidad de las sensaciones, que las sensaciones se diferencien para cada
sentido, es decir, por ejemplo que el olor de una naranja se perciba solo con
el olfato, que haya una relación espacial con lo que se percibe determinada,
que la percepción producida tenga un grado de naturalidad y que la sensación
determinada produzca un estimulo determinado. Cuando algunas de estas
descripciones se pierden, es donde surgen las anormalidades de la percepción.
La perdida de alguna de estas características puede depender de alguna alteración
física de los órganos de los sentidos.
Durante
todo el texto, el maestro hace acápite en siempre buscar la relación entre el
sujeto (psiquis) y su contenido mental
(pensamiento, sentimiento y palabra), dado que las anormalidades de la
percepción no suelen aparecer solas y aisladas.
Cuando
Honorio Delgado inicia su descripción de la Agnosia y la Convicción Corporal
sin Sensación, lo hace primero definiendo términos. Uno de ellos, y el más
importante, es el de la gnosis o gnosia, que refiere integración de las
sensaciones con los otros datos y estructuras de la experiencia del sujeto.
Al
mencionar la agnosia (que etimológicamente es la no integración de las
sensaciones con los otros datos y estructuras de la experiencia del sujeto), la
describe fundamentalmente como perteneciente a los daños ocurridos por lesiones
cerebrales. Describe el maestro que, un paciente con estas características
puede aprehender rápidamente las sensaciones, puede distinguir lo sensible (es
decir, hay conservación de la sensación) pero en este caso falla su
significación. El lector debe recordar lo siguiente: el paciente puede sentir
el objeto pero es incapaz de decir lo que es.
Esta
anormalidad generalmente compromete un sentido, o se limita a ciertos objetos.
Se debe recordar que antes de pretender localizar la lesión cerebral, es
importante entender que es lo que se trata de localizar en este aspecto.
En
el caso de la convicción corporal sin sensación, el maestro lo considera como
una anormalidad complementaria a la agnosia. Normalmente, suele ocurrir que en
un lugar conocido como la casa del sujeto hay la idea de objetos que están
fuera del campo visual del sujeto y la convicción correspondiente a su
ubicación en particular. Es decir, normalmente uno sin ver ciertas cosas en su
casa, sabe donde están los objetos y está convencido de que ahí lo puede
encontrar, si es que alguien más no ha cambiado de lugar al objeto antes. Lo
anormal ocurre cuando hay esa convicción pero sin que exista conocimiento y
recuerdo de una percepción previa. Esto quiere decir que, la persona está
convencida por más de que no haya cosa material alguna aun así juzgue que el
objeto realmente no existe.
Uno
de los puntos que se mencionó en función a los vínculos que hacia la conciencia
del hombre con los objetos sensibles, es la intensidad y cualidad de las
sensaciones. Cuando estas fallan, se producen anormalidades de la percepción
relacionadas a la intensidad y cualidad de las asociaciones.
En
el caso de la intensidad, cuando está alterada, se puede percibir un estimulo
aumentado (hiperestesia), un estimulo disminuido (hipoestesia) o un estimulo
anulado (anestesia). En este caso se relaciona más con la sensación dolorosa y
el sentido del tacto, pero también se puede manifestar en todos los sentidos ya
sea de forma global o parcialmente. Un ejemplo que propone el maestro es el de
la intensificación o disminución de la visualización de los colores en una
imagen, o cuando se ve involucrado uno o más colores en la intensificación o
disminución.
En
el caso de la cualidad, el paciente acentúa más un rasgo del objeto o imagen
percibida, haciendo de que los demás rasgos normales se atenúen (ej.
Daltonismo).
Cuando
se habla de la Asociación Anormal de las Sensaciones, se menciona el caso de la
sinestesia. Esta se describe como una confusión entre dos diferentes
representaciones provenientes de dos órganos sensoriales distintos, como es el
caso de una “audición coloreada”.
En
el caso de las Sensaciones Simultaneas Anormales, estas se producen en cuanto a
que una experiencia contiene una percepción (ya sea anormal o normal) al cual
se le une otra percepción que recaiga sobre el mismo campo sensorial o sobre
otro campo sensorial.
Otro
acápite importante es la forma espacial y la relación espacial en las percepciones.
Cuando estas están alteradas, se percibe una forma espacial alterada. Cuando
esta forma espacial alterada es relativa a las dimensiones de los objetos se
habla de una Macropsia (cuando los objetos se ven más grandes de lo normal),
una Micropsia (cuando los objetos se ven más pequeños de lo normal) o una
metamorfopsia (cuando los objetos constantemente cambian de forma). Una forma
de metamorfopsia es la dismegalopsia, que es cuando el paciente percibe un
objeto que se achica por un lado y se agranda por el otro.
Cuando
se habla en relación a la percepción visual, se tiene diplopía (cuando el
sujeto ve dos veces el mismo objeto) y Poliplopía (cuando el sujeto ve más de
dos veces el mismo objeto).
Tanto
lo relativo a las dimensiones de los objetos como a la percepción visual puede
presentarse la alteración tanto en un ojo como en los dos. Muchas veces estos
síntomas son rasgos de ciertos daños orgánico – cerebrales o por adicción a
sustancias.
Cuando
existe extrañeza de lo percibido, es cuando se presenta la realidad de forma
diferente, sin la naturalidad que normalmente presenta, independientemente de
que el sujeto no crea que haya cambiado o siente una interrupción entre el y
las cosas. En estos casos no se presenta alteración de las sensaciones.
Las
pseudopercepciones son un tema de gran importancia dentro de la psicopatología
de la percepción. Generalmente, se pueden definir como percepciones falsas o
engañosas. Esto consiste en percibir objetos que en la realidad no existen o
percibir objetos que existen pero para el sujeto tiene una apariencia impropia.
Cuando
se habla de una ilusión, se entiende que, el sujeto percibe un objeto, pero
deforma su significado real, percibiendo una cosa que no es y llamándole la
atención a los sentidos
En
el caso de la Paraidolia, el sujeto percibe imágenes que se mueven o están
quietas en un objeto real (por ejemplo una persona) en segundo plano, pero el
sujeto sabe que lo que está viendo no es real y es consciente de ello. En estos
pacientes, la paraidolia puede presentarse con significación patológica.
Cuando
se habla de una alucinación, el sujeto percibe un objeto con todas sus
características, pero el único inconveniente que este objeto no se muestra
presente en el estimulo sensorial, es un objeto no existente. El sujeto lo
siente, pero en la realidad no genera ningún estimulo sensorial. Aparecen
imágenes irreales netamente, pero para el sujeto tiene toda la realidad del
mundo.
Para
el caso de una pseudoalucinación, esta tiene atributos tanto de las percepciones
como de las representaciones. Para este punto y para mejor entendimiento del
lector, he preparado un cuadro, en función a las características descritas por
el maestro Delgado, para poder mencionar las características de una percepción
y de una representación:
Percepción (Atributos)
|
Representación (Atributos)
|
Corporeidad
|
Calidad
de imagen corpórea
|
Localización
en el espacio exterior u objetivo
|
Localización
en el espacio imaginario
|
Frescor
sensorial, es decir fineza de las sensaciones al sentir la percepción
|
Falta
de frescura sensorial (carencia de cualidades o de adecuación de estas),
|
Estructura
o diseño determinado
|
Estructura
indeterminada con detalles aislados
|
Constancia
de la Forma
|
Inconstancia
de la Forma (Las representaciones se desbaratan y se reconstruyen fácilmente)
|
Independiente
de la voluntad
|
Dependiente
de la voluntad.
|
Cuando
se hablan entonces, de alucinaciones verdaderas, se deben tener todos los
atributos de las percepciones. Las pseudoalucinaciones comúnmente tienen los
dos primeros atributos de las representaciones y los cuatro últimos de las
percepciones. Existe, además una serie de fenómenos de transición entre la
representación normal y la pseudoalucinación en sentido estricto.
Cuando
el maestro mencionaba este punto, cito a Jaspers, “el juicio de la realidad no
es decisivo para las alucinaciones, ya que también las pseudoalucinaciones
pueden tener juicio de la realidad”. El maestro sobre los criterios
jasperianos, comenta que son útiles para describir con precisión las percepciones
engañosas en función a las diferencias entre una alucinación y una
representación, sin nunca desligar el
juicio de la realidad del enfermo, ni mucho menos el enlace o la falta de
enlace del fenómeno anormal con la continuidad objetiva en el espacio tiempo de
los acontecimientos.
De
vez en cuando, las alucinaciones se confunden con las ilusiones o son escasas,
en el sentido de que es difícil encontrar una alucinación pura. Los enfermos
mentales lucidos, según Honorio Delgado, suelen presentar pseudoalucinaciones.
Es, entre los psicopatologos más nombrados, un escepticismo acerca de la
existencia de las alucinaciones.
Finalmente
mencionar que el maestro menciona otro tipo de alucinaciones, las alucinaciones
hipnagógicas. Estas se producen cuando se pasa de la vigilia al sueño y en el
momento de despertar. Tienen la apariencia de un ensueño, salvo que la persona
es consciente de su irrealidad, pero con frecuencia muestran materia de
ilusiones.
Finalmente,
mencionar que existen además de las ya mencionadas, anormalidades propias de
cada sentido, en relación a la percepción.
Con
relación a la vista, existen una serie de anormalidades de la percepción, como
también fenómenos extraordinarios de la vista. Un ejemplo de ello es las
imágenes eidéticas o intuitivas. Se manifiesta en los niños y en aquellos
adultos que son capaces de poder proyectar de forma vivida las ideas y
sensaciones (eidético). Se producen a voluntad, fijando la atención en lo que
se acaba de ver. Por ejemplo, si un eidético ve un cuadro de Dalí y luego
dirige la mirada hacia una pared plana se dará cuenta que la misma imagen es
capaz de reproducirla con sus ojos y podrá distinguir además detalles que no
vio en el cuadro.
Luego,
tenemos a las imágenes Postópticas. Estas son capaces de dificultar la visión
de la realidad. Por ejemplo, un hombre que se dedica algunas horas corrigiendo
pruebas de imprenta, al salir de la calle, le perturban las imágenes
persistentes de las cuartillas.
Las visiones
fantásticas son creaciones ricas y cargadas de imágenes y colores, de
remodelación constante, varían en su forma, cuando los ojos están cerrados e
inmóviles.
En
el caso de las anormalidades, se tiene en primer lugar a las alucinaciones
extracámpicas. Estas están fuera del campo visual.
Luego
a la alucinación negativa, que involucra una falta de visión de objetos reales.
Por ejemplo, el caso de la histérica que cuando la abandona un sujeto, esta
excluye a esta persona fuera de su mundo consciente. Finalmente mencionar las alteraciones
orgánico – cerebrales que incluyen fotopsias o fotomas, o complejas fantomas.
En
el caso de las alteraciones de la percepción en el aparato auditivo, se tiene
en primer lugar a las alucinaciones funcionales. Estas son manifestaciones de
pseudopercepciones verbales con motivo de sonidos o ruidos reales. Estas son
alucinaciones o pseudoalucinaciones inducidas por una percepción real. Luego,
están las alucinaciones o pseudopercepciones verbales psicosensoriales. En este
caso el individuo percibe imágenes acústicas con todos los caracteres de la
verdadera percepción, o sólo con ciertos caracteres de una verdadera percepción
y con los demás correspondientes a la representación. Estas son las “voces” que
vienen de fuera o de su cuerpo sin que participe el aparato de la fonación ni
las imágenes verbomotoras. Finalmente, el maestro hace mención de las ilusiones
verbales psicomotrices. Estas son las voces que se relacionan con el aparato de
fonación. Estas son “Ilusiones” presentes en la esfera verbomotora.
Con
relación a las alteraciones del gusto y del olfato, estas son menos
diferenciadas y menos frecuentes que de los otros sentidos. Por lo tanto, no
puede evidenciarse de manera concluyente que haya verdaderas alucinaciones en
estos sentidos pues es difícil excluir las meras ilusiones, dada la naturaleza
de los órganos correspondientes.
En
relación a las anormalidades de la Sensibilidad General, estas se presentan por
lo común como una mezcla de las del tacto con las de las demás sensaciones
corporales, supeditada, por otra parte, a los estados efectivos y a las ideas
de los pacientes.
Cuando
se mencionan a las alteraciones de la percepción kinestésica, se tienen en
cuenta una serie de anomalías a mencionar como la impresión concreta de la
ligereza o pesadez de todo el cuerpo o parte de él, la sensación de que se
ejecuta un movimiento cuando en realidad se está tranquilo y hasta estado de
estupor (alucinaciones de acción o falsas acciones), la impresión de que el
suelo se mueve u ofrece poca resistencia a la pisada, ciertos desarreglos del
aparato vestibular, etc. Cuando existe una combinación entre impresiones
kinestésicas, del tacto, y laberínticas se habla del esquema corporal. Las
anormalidades del esquema corporal, por lo tanto son anormalidades que
corresponden a la imagen espacial del sujeto. Un ejemplo es, anormalidad del
crecimiento de ciertas partes del cuerpo o de todo el cuerpo o
empequeñecimiento sin razón fisiológica aparente. Tambien, la autoscopía o heautoscopia. Esta es
la visión del propio cuerpo, ya sea de una parte interna o externa, sea de la
totalidad, como un doble o una imagen en el espejo.
Cuando
se ha mencionado toda la descripción psicopatológica, es importante tener en
cuenta que la percepción debe entenderse no solo como una actividad psíquica aislada
sino más bien está enlazada a toda la actividad mental del sujeto. Hay que entender,
además que la conciencia de la realidad exterior no es categóricamente objetiva
sino contiene un carácter además, subjetivo. Es importante señalar, que así
como no consideramos las anormalidades de la percepción o la percepción misma
como una actividad aislada, que se entienda que, el sujeto participa como un
todo en las anormalidades de la percepción, no solo su aparato sensorial es el
que está involucrado.
Por
lo tanto, hay que también mencionar lo que el maestro citó acerca de una frase
de Henry Ey sobre la alucinación que dice, que la alucinación “siempre está
amasada con la pasta de la personalidad del sujeto y hecha de su propia
actividad”.
Por
lo tanto, esto también pasa por comprender que las imágenes verbomotrices, las
palabras y los hechos que involucran movimientos expresivos tienen una conexión
con estructuras más amplias de la vida psíquica.
En
el caso de una alucinación verbal, por ejemplo, esta aparece como un acto
verbal, latente o actual en el cual el sujeto ha perdido el sentimiento de que
le pertenece, el acto de un interlocutor. El alucinado se comporta frente a su
lenguaje como frente a un instrumento material que podría transferir a otro y
del cual podría servirse el otro, dándole así la apariencia de palabras que
vienen del exterior o de palabras que se imponen.
En el
caso de las anormalidades de la percepción se deben tomar en cuenta dos
aspectos a explorar: Uno correspondiente al modo como impresiona el objeto
(real o ficticio) y el otro relativo a qué es lo que expresa la mente personal
en la operación perceptiva afectada.
Finalmente,
y como conclusión, según el maestro Delgado el acto de la percepción, normal y
anormal, evidencia la forma y el contenido del alma individual, su forma y las
consecuencias de su experiencia vivida, la peculiaridad de sus tendencias y su
modo de reaccionar en las situaciones
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